En México, la figura del beneficiario controlador no es nueva: surgió como parte de las reformas orientadas a combatir el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo. Sin embargo, en los últimos meses el SAT ha intensificado la fiscalización en esta materia, convirtiéndola en un tema prioritario para las empresas.
El beneficiario controlador busca identificar a la(s) persona(s) que, en última instancia, ejercen el control o disfrutan de los beneficios de una sociedad o estructura jurídica.
¿Por qué es relevante?
El cumplimiento en materia de beneficiarios controladores no es una mera obligación formal. Su incumplimiento puede tener consecuencias significativas:
- Multas millonarias. Las sanciones económicas pueden superar varios millones de pesos.
- Riesgos reputacionales. La falta de cumplimiento puede afectar la imagen de la empresa ante clientes, socios e inversionistas.
- Impacto en relaciones corporativas. El incumplimiento puede comprometer la confianza con autoridades fiscales y aliados estratégicos.
Lo que busca el SAT
La fiscalización en torno a los beneficiarios controladores tiene como objetivo:
- Garantizar transparencia en las estructuras corporativas.
- Asegurar la identificación clara de los propietarios reales.
- Contar con información actualizada y verificable.
En este contexto, la verdadera pregunta no es si el SAT revisará a tu empresa, sino cuándo lo hará, qué revisará y cómo lo hará.
¿Qué deben hacer las empresas?
Para estar preparadas, las organizaciones deben implementar procesos sólidos que les permitan:
- Identificar de forma clara a su(s) beneficiario(s) controlador(es).
- Documentar la información de manera adecuada.
- Reportar oportunamente ante las autoridades fiscales.
Cómo podemos ayudarte
En Roqueñí Abogados, apoyamos a nuestros clientes en el diseño e implementación de estrategias legales y fiscales que les permitan cumplir con estas obligaciones sin frenar sus operaciones.
Más que asesores legales, somos tus aliados de negocios.
